Carolina Rodríguez
Cuatro años después de haber sido reportada como desaparecida, los restos de Jael Monserrat Uribe Palmeros fueron identificados tras un hallazgo en el Ajusco, en la alcaldía Tlalpan, Ciudad de México. La joven de 21 años fue vista por última vez en julio de 2020 en la colonia Apatlaco, en Iztapalapa.
Desde entonces, su madre, Jacqueline Palmeros, inició una incansable búsqueda, prometiendo no descansar hasta encontrar a su hija. Sin embargo, durante este tiempo, denunció la falta de apoyo por parte de las autoridades, lo que la llevó a fundar el colectivo “Una luz en el camino”, enfocado en la búsqueda de personas desaparecidas.
Obstáculos y denuncias contra la Fiscalía
Jacqueline Palmeros acusó a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) de negligencia, señalando que se extraviaron grabaciones de cámaras de seguridad y un chip de celular que contenía información clave sobre el caso. En una de las grabaciones recuperadas por su cuenta, se observa a Jael subir a un vehículo particular, un indicio que nunca fue plenamente investigado por las autoridades.
En enero de 2023, una pareja fue detenida por su presunta participación en la desaparición de Jael, pero fueron liberados en julio de 2024 cuando una jueza concluyó que se trataba de un feminicidio, a pesar de que en ese momento no había pruebas que confirmaran su muerte.
El hallazgo en el Ajusco
Jacqueline llevó a cabo diversas búsquedas por su cuenta, concentrándose en zonas como el Ajusco. Fue en noviembre de 2024 cuando se encontraron restos óseos en esa área. Este 21 de enero, la FGJCDMX confirmó que los análisis genéticos, antropológicos, odontológicos y criminalísticos realizados a los restos corroboraron que pertenecen a Jael Monserrat.
La titular de la FGJCDMX, Bertha Alcalde Luján, informó personalmente a la familia sobre los resultados de los análisis forenses en reuniones privadas. Con este hallazgo, se confirmó el fallecimiento de Jael, poniendo fin a años de incertidumbre, pero dejando abiertas muchas interrogantes sobre las omisiones en la investigación.
Un llamado a la justicia
La madre de Jael ha exigido justicia y reiterado la necesidad de revisar los errores cometidos durante la investigación. “No solo se trata de mi hija, sino de todas las mujeres que desaparecen y cuyos casos no reciben la atención debida”, declaró Jacqueline.
El caso de Jael Monserrat es un recordatorio de las fallas en los procesos de búsqueda y justicia en México, así como de la valentía de las familias que, ante la indiferencia oficial, luchan incansablemente por encontrar la verdad.