Carolina Rodríguez
Verónica “N”, una mujer de 49 años, fue detenida por agentes ministeriales tras ser acusada de secuestro. La situación se originó cuando, el pasado viernes, encontró un teléfono celular iPhone en el fraccionamiento Santa María, ubicado en la junta auxiliar de Santa María Coapan, perteneciente a Tehuacán.
Según su familia, Verónica pretendía devolver el dispositivo, pero terminó siendo vinculada con un secuestro exprés del propietario del equipo, ocurrido ese mismo día. Sus familiares claman justicia y aseguran que ella es inocente.
El esposo de Verónica relató los hechos, indicando que la noche del viernes, después de cenar en casa de la madre de ella, escucharon el timbre de un teléfono mientras caminaban por las canchas del lugar. Al percatarse de que el celular estaba tirado, lo recogieron con la intención de devolverlo a su dueño.
A través del mismo dispositivo, lograron comunicarse con una persona que supuestamente era la madre del propietario del celular, a quien le explicaron que lo habían encontrado y acordaron su devolución al día siguiente.
Sin embargo, en la madrugada del sábado, policías estatales se presentaron en su domicilio en la unidad habitacional Rancho Grande, indicando que se había realizado una llamada al número de emergencias 911 desde esa vivienda. Aunque ellos negaron haber hecho esa llamada, los oficiales insistieron y solicitaron los nombres de los habitantes de la casa, lo que llevó a Verónica a proporcionar su identidad.
Más tarde, el sábado por la tarde, Verónica fue detenida en su lugar de trabajo por agentes estatales. Los oficiales también se llevaron el equipo de las cámaras de seguridad de la empresa donde trabajaba. Su familia no supo de su paradero por varias horas, hasta que finalmente fue trasladada a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) en la ciudad de Puebla. Durante su detención, su familia reportó que Verónica presentó golpes en el cuerpo y rostro.
Ahora, Verónica enfrenta cargos por secuestro, ya que las autoridades la vinculan con el secuestro exprés del propietario del teléfono que encontró. Sin embargo, su esposo insiste en que ella es inocente y solo tuvo la mala fortuna de encontrarse el celular. Además, teme que bajo presión física se le obligue a declararse culpable de un delito que no cometió.
La familia de Verónica ha solicitado una investigación exhaustiva del caso, señalando que hay testigos que pueden confirmar que ella estuvo visible y presente en diversas actividades durante el día y la noche del viernes. Asimismo, resaltan que la madre del dueño del celular podría testificar sobre la llamada que se hizo para devolver el equipo. Con el apoyo de asesoría legal, la familia espera lograr la pronta liberación de Verónica, al tiempo que exigen que se respeten sus derechos y se aclaren los hechos.