Ariana Palacios
En un acto de violencia sin precedentes, Socorro Barrera Sánchez, ex policía y testigo protegido de la Fiscalía General de la República (FGR), fue brutalmente asesinada a balazos la tarde del 20 de junio en Izúcar de Matamoros. El trágico incidente tuvo lugar alrededor de las 6:30 de la tarde en un autolavado familiar ubicado en el municipio.
Socorro Barrera Sánchez, de 33 años de edad, se destacaba como testigo clave en el caso de tortura contra las periodistas Natalie y Michelle Hoyos López. Este caso había generado una atención nacional debido a las graves acusaciones de detención arbitraria, humillaciones y violencia sexual perpetradas por policías municipales bajo las órdenes de la alcaldesa Irene Olea Torres, conocida como «La Jefa».
El homicidio de Socorro ocurrió cuando un grupo armado irrumpió en el autolavado, disparando directamente contra ella y alcanzando también a un hombre que la acompañaba, presumiblemente su esposo, quien actualmente se encuentra hospitalizado en estado grave. Aunque inicialmente se intentó simular que se trató de un asalto, las circunstancias apuntan a que el objetivo principal era Socorro.
Hasta hace poco, Socorro trabajaba en el Ayuntamiento de Izúcar de Matamoros, específicamente en la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia de Género, antes de ser despedida coincidiendo con su involucramiento como testigo protegido en el caso de las periodistas agredidas.
Este trágico suceso ha generado conmoción tanto en la comunidad local como en el ámbito judicial. Socorro y otros testigos clave estaban bajo la protección y vigilancia de la Policía Estatal, que reportaba su seguridad dos veces al día. Paradójicamente, el ataque mortal ocurrió poco después de una de estas verificaciones de seguridad.
El asesinato de Socorro Barrera Sánchez ocurre apenas días antes de una audiencia crucial programada para el 24 de junio, relacionada con el caso de tortura contra las periodistas Hoyos López. Aunque Socorro no tenía que asistir personalmente a la audiencia, su testimonio era fundamental para la acusación.
La Fiscalía General de la República y las autoridades locales ahora enfrentan una presión intensa para esclarecer este crimen y asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia. La comunidad de Izúcar de Matamoros y el gremio periodístico han alzado su voz exigiendo justicia y medidas efectivas para proteger a los testigos y víctimas en casos de alto perfil como el de Socorro Barrera Sánchez.