Silvino Cuate
Martín Carvajal encargado de despacho del Área de Normatividad y Regulación Comercial del Ayuntamiento de Puebla dio a conocer que el bar Chicago, donde el dueño fue asesino por un cliente informe, estaba operando de manera irregular.
Sin embargo, fue después de este crimen cuando el gobierno de la ciudad realizó dicha clausura del establecimiento, sin una intervención previa, a pesar de que operaba en el Centro Histórico.
Cuestionado sobre cómo se realiza la revisión de bares clandestinos, el encargado de despacho aseguró que se hace un peinado en la capital poblana, al igual que en toda las juntas auxiliares.
«Se hace un peinado de toda la ciudad, tanto la ciudad como sus juntas auxiliares, y en función de eso, por otro lado por el tema de las quejas», refirió.
Recientemente el titular de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), Gilberto Higuera Bernal había había informado que identificaron a tres sospechosos que podrían estar involucrados en este hecho.
Cabe recordar que el caso fue registrado el pasado domingo, 14 de enero, cuando un sujeto en estado de ebriedad acudió al bar situado en el cruce de las calles 14 Poniente y 2 Norte, y tras quedarse dormido y despertar, inició una riña con los clientes a quienes acusó de robarle dinero.
Posteriormente, intervino el personal del referido establecimiento y lo sacó, situación que le generó molestia y regresó con al menos 20 personas, entre hombres y mujeres, quienes ingresaron rompiendo el candado de la entrada del bar, y brincándose la barda de una vecindad que se encuentra al lado, para agredir al dueño hasta dejarlo sin vida.