Viridiana Venta
¿Quiénes no crecimos con el navegador web Internet Explorer?
Pues fue él denomínate de la estadounidense Microsoft que por cierto algunos usuarios no les agradaba del todo, lamentablemente fue dado de baja el miércoles 15 de junio de 2022 después de permanecer por 27 años en las pantallas de las computadoras a nivel mundial.
Microsoft anunció su salida el año pasado, y en una publicación de blog se explicó que se debía a la necesidad de comenzar de cero con un navegador diferente: Microsoft Edge.
«Internet Explorer (IE) se ha retirado oficialmente, está sin soporte a partir de hoy», escribió Microsoft.
«La web ha evolucionado y también lo han hecho los navegadores. Las mejoras adicionales en Internet Explorer no pudieron igualar las mejoras generales en la web en general, así que comenzamos de nuevo», señaló.
El gigante tecnológico ya no ofrecerá correcciones o actualizaciones a la versión existente de Explorer y los usuarios serán dirigidos automáticamente a la aplicación remplazante, Microsoft Edge.
Fue un momento marcado con cierta nostalgia genuina y muchas bromas a expensas de lo que fue la primera puerta de entrada a Internet para millones de usuarios.
Ante esto Twitter no tardó en inundarse de memes sobre el Explorer, incluidas lápidas o ataúdes con la «e» azul característico del navegador y capturas de pantalla ocasionales de mensajes de error que decían que la aplicación había dejado de funcionar.
La primera versión de Internet Explorer apareció en 1995, en un desafío para la estrella emergente de Internet, Netscape Navigator.
La omnipresencia del sistema operativo de Microsoft también se convirtió en una ruta para que Explorer se convirtiera constantemente en el predeterminado para muchos usuarios.
En 1997 las autoridades estadunidenses alegaron que Microsoft, al incorporar por primera vez su Internet Explorer al sistema operativo Windows como navegador por defecto, estaba tratando de aplastar a la competencia de Netscape.
El caso concluyó con un acuerdo en noviembre de 2001 que no impuso ninguna sanción financiera, pero obligó al gigante del software del multimillonario Bill Gates a revelar más información técnica y prohibió los acuerdos anticompetitivos sobre los productos de Microsoft.